Referentes del sector público, organizaciones internacionales, lideresas indígenas, Slow Food y Fundación Gran Chaco compartieron miradas y experiencias generando soluciones innovadoras desde el territorio para disminuir la inseguridad alimentaria.
Días atrás se llevó adelante el encuentro virtual “Diálogos sobre seguridad alimentaria: Diseñando soluciones con comunidades indígenas del Gran Chaco” en el marco de la iniciativa Niyat*. Durante el evento se presentó el Manual que reúne la experiencia de co-diseño de módulos integrales de producción y se compartieron diferentes puntos de vista sobre cómo disminuir la inseguridad alimentaria de la región.
Con la moderación de Mauricio Tinari, responsable del área Mapic de Fundación Gran Chaco, el evento contó con la participación de Pablo Iglesias (agregado de cooperación de la Unión Europea en Argentina), Fabiana Menna (presidenta de Fundación Gran Chaco), Caio Dorigón (gerente de proyectos de América Latina y el Caribe en Slow Food), Analía Rodríguez (referente indígena del proyecto Niyat), Irma Saravia (referente indigena y productora de comunidad Los Ranchitos, Salta), Eva Verde (coordinadora de Asesoramiento en Gestión de Unidades Productivas de la Secretaría de Economía Social del Ministerio de Desarrollo Social de Nación), Yanina Settembrino (subsecretaria de Agricultura Familiar y Desarrollo Territorial del Ministerio de Agricultura, Ganadería y Pesca de Nación), Karla Sofía Pita (Miembro del equipo de Pueblos Indígenas en el FIDA) y Ornella Calvete (especialista en sistemas agroalimentarios sostenibles en FAO).
En el marco del proyecto Niyat, se lleva adelante una metodología de co-diseño coordinada por el equipo de la Fundación Gran Chaco y Slow Food, que junto a las comunidades indígenas de Chaco, Salta y Formosa, desarrollan módulos integrales para mitigar el escenario de inseguridad alimentaria de las productoras y sus familias. La intención es que contribuyan en la reducción de los efectos de la emergencia climática, a la vez que aseguren la provisión de alimentos altamente nutritivos y generen excedentes para la sostenibilidad y replicabilidad de los modelos. “Se trata de una iniciativa muy completa, que en los pocos meses de implementación ya se puede ver un impacto importante en las comunidades, con mujeres que lideran la transformación del Gran Chaco», destacó durante el evento Pablo Iglesias, agregado de cooperación de la la Unión Europea en Argentina, el financiador del proyecto.
«La diversidad de actores de Niyat pensamos y generamos soluciones innovadoras desde y para el territorio. Los pueblos tienen saberes concretos, hay que potenciarlos y escalarlos, generando condiciones de liderazgo local», detalló Fabiana Menna sobre el desarrollo del proyecto. En ése sentido, la presidenta de Fundación Gran Chaco explicó que «no hay que confundir codiseño con participación”, ya que el primero implica partir, no sólo del conocimiento de las comunidades sobre el funcionamiento complejo del ecosistema, sino también de la forma de organización propia de las comunidades indígenas. Implica legitimar los conocimientos locales, visibilizarlos y a partir de ahí, construir una estrategia superadora. “Partiendo de los conocimientos históricos del comportamiento del territorio y desde el liderazgo propio de las comunidades es que podemos generar soluciones innovadoras», agregó.
La construcción de los módulos de seguridad alimentaria es un modelo replicable y adaptable a los diferentes contextos de la región chaqueña. Se encuentra basado en las prácticas agroecológicas, que combinan elementos de la producción hortícola con el aprovechamiento sostenible de los frutos del monte, la cría de animales adaptados al contexto local y la adaptación a los efectos del cambio climático. «Es necesario conocer las necesidades de las comunidades y sus culturas, teniéndolas como actores activos en el proceso de ideación de los módulos para apoyar la disminución de la inseguridad alimentaria», aportó Caio Dorigon, gerente de proyectos de América Latina y el Caribe en Slow Food.
Por su parte, Analía Rodriguez, referente indígena del proyecto Niyat compartió la importancia de dar valor a los conocimientos ancestrales a la hora de diseñar los módulos. “Hay muchos conocimientos que tenían nuestros ancestros y que por diferentes razones se fueron perdiendo. Hoy los estamos recuperando con este proyecto por ejemplo, al momento de la siembra poner atención al clima o a las constelaciones y esto es muy importante para transmitir también a nuestras jóvenes”, explicó la productora. Así también lo hizo su compañera Irma Saravia desde Los Blancos, Salta: «Mi comunidad ha sufrido muchos cambios, pero gracias a esta experiencia hemos podido aprender a cómo mejorar el cultivo de alimentos y la cría de los animales».
La articulación con el Estado es clave para la sostenibilidad de las innovaciones generadas con el territorio y, desde el proyecto Niyat, esto se lleva adelante a través del Ministerio de Desarrollo Social de Nación como socio estratégico. «La secretaría ha priorizado a las poblaciones indígenas y campesinas como sujeto directo para ser beneficiario de los programas», destacó Yanina Settembrino, subsecretaria de Agricultura Familiar y Desarrollo Territorial del Ministerio de Agricultura, Ganadería y Pesca.
El diseño de los módulos de seguridad alimentaria se pensaron como modelos versátiles, con tecnología adaptada a cada lugar, que potencian los sistemas productivos tradicionales y que pueden ser fácilmente replicados. Para garantizar la sostenibilidad en el tiempo, la comercialización es un eje clave. «Desde la Secretaría de Economía Social proponemos circuitos virtuosos con una intermediación solidaria de actores locales que organizan la comercialización. Esto genera sustentabilidad a estos procesos productivos», aporta Eva Verde, coordinadora de Asesoramiento en Gestión a Unidades Productivas del Ministerio de Desarrollo Social de Nación.
El evento contó también con la mirada y aporte de organizaciones internacionales como Karla Sofía Pita, miembro del equipo de Pueblos Indígenas en el El Fondo Internacional de Desarrollo Agrícola (FIDA) y Ornella Calvete, ingeniera en alimentos, especialista en sistemas agroalimentarios sostenibles en la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO). “Para poder dar respuesta a la aguda situación de inseguridad alimentaria que presentan las comunidades involucradas en este proyecto en particular, pero que es replicable a otras tantas comunidades, es fundamental poner en valor el saber local, escuchar e identificar de primera mano sus necesidades”, expresó Calvete.
“Como desafíos a futuro, debemos avanzar en la transición hacia sistemas agroalimentarios sostenibles, inclusivos y resilientes, haciendo foco el desarrollo local, en el acceso real a los mercados, en la promoción de los circuitos cortos de comercialización, en la participación de la agricultura familiar o de escala más pequeña y de la agroecología en las compras públicas, apoyándose en los gobiernos y productores locales”, concluyó la especialista de FAO.
* Niyat es un proyecto financiado por la Unión Europea y coordinado por la Fundación Gran Chaco en coordinación con la Red de Comunidades Rurales (RCR), la Cooperativa de Mujeres Rurales (COMAR), el área de género de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (Flacso) y Slow Food, el proyecto Niyat pretende fortalecer a las mujeres para generar una nueva gobernanza indígena para el co-diseño de políticas públicas basadas en derechos en las zonas rurales del Gran Chaco Argentina. El objetivo es promover el liderazgo indígena impulsando un proceso de articulación interinstitucional para consolidar a las comunidades como sujeto local protagonista de las intervenciones en su territorio, en diálogo con el Estado.
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